FOTOGRAFÍA INFANTIL EN EL JARDÍN

Una de las grandes satisfacciones que se obtienen de realizar una sesión de fotografía infantil en el jardín de casa, o allí de donde la organices, es que puedes tener la enorme suerte de ver crecer las familias, casi como si de la tuya se tratara.

Eso, y sentir la hierba bajo tus pies.

El padre de Sophia (así, con h, como su nombre original en griego…), Carla y Álvaro, es un viejo amigo y compañero de estudios. Cada vez que nos hemos encontrado he podido ver cómo su familia iba aumentando poco a poco, casi simultáneamente a la mía. Por eso, cuando me llamó y me dijo que le gustaría que me acercara hasta su casa para hacer una sesión de fotos con sus críos, aquello me pareció una idea fantástica.

A veces pensamos que las sesiones de fotografía infantil deben hacerse en un estudio, lo cual creo que es un error que se comete demasiado a menudo, porque aunque los niños tienden a comportarse como tales en cualquier sitio sin importarles cuál sea, es evidente que donde más cómodos se sienten es en su propia casa. Así que aprovechamos una tarde de finales de verano para trotar por la hierba, columpiarnos, tirarnos por el tobogán, pintar un rato y chapotear en la piscina hinchable. Resulta muy divertido ver cómo el pequeño de la casa trata de seguir el ritmo de sus dos hermanas y cómo ellas no se dejan alcanzar mientras, a la vez, hacen de madres en la medida que pueden… o les dejan.

Pero lo mejor de esta sesión es que, al final, después de un par de horas de correr detrás de estos enanos, de tirarme al suelo y de mojarme con el agua de la manguera, mi amigo podrá guardar para siempre un buen puñado de imágenes que reflejarán la felicidad de sus hijos disfrutando de los últimos rayos de sol del verano.






Recent Portfolios