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Aunque a veces nadie dé ni un duro por nosotros, debemos ser fieles a lo que sentimos por dentro y no rendirnos hasta conseguir lo que anhelamos.

Nerea y Haritz no tuvieron que pelear contra viento y marea para llevar a buen puerto su relación. Nadie les puso zancadillas, ni tampoco les echaron mal de ojo. Sin embargo, parecía que nadie apostaba ni un duro por ellos al principio. Muchos creían imposible que esa historia entre la chica tímida y el chico que tocaba en un grupo de rock, aunque se conocían desde pequeños, llegara a nada. Afortunadamente, en las cosas del corazón no manda sólo el azar, y la voluntad de esta pareja por compartir el futuro hizo saltar la banca en esta ocasión.

“¡Míralo, vestido de traje!” le decían al novio sus amigos al saludarle frente al Ayuntamiento de Oiartzun momentos antes de la ceremonia. Y es que, por el motivo que fuera, lo que nunca parecía que fuera a ocurrir, finalmente sucedió. Y nosotros, como fotógrafos de boda, y todos los familiares y amigos que estaban invitados allí, nos sentimos muy afortunados de ser testigos de ello.

Sorpresas y emoción a ritmo de tambores

Tras el sí quiero, la fiesta continuó en el restaurante Beko Errota, donde se sucedieron las sorpresas y regalos de los novios hacia muchos de sus invitados y viceversa. Los abrazos y la emoción nos regalaron muchos momentos memorables. Siempre recordaremos las lágrimas de Nerea al escuchar la canción que le dedicaron sus amigas o su cara de sorpresa cuando vio a los dos consuegros arrancarse a tocar la guitarra y cantar.

Y tampoco olvidaremos el sonido atronador de los tambores de Zo-Zongó, que fueron la guinda perfecta para la fiesta. Durante todo el día estuvimos acompañados por Iñaki y Vero de Reflejo Pilomotor, con quienes fue todo un gusto trabajar codo a codo para poder captar en imágenes que, aunque a veces nadie dé ni un duro por nosotros, debemos ser fieles a lo que sentimos por dentro y no rendirnos hasta conseguir lo que anhelamos.

Nerea, Haritz, os deseamos todo lo mejor para el largo futuro que seguro tenéis por delante.

¡Un abrazo bien grande para los dos!