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Nunca hay encargo pequeño, y esta boda en el hotel María Cristina era un caramelo que nos íbamos a dar el gustazo de saborear.

A nadie le sorprende a estas alturas del cuento que Donostia es un destino elegido por muchos turistas. Todo el mundo quiere disfrutar de lo bien que hacemos por aquí las cosas en lo que a la cocina y a otras cosas se refiere.

La cosa se anima cuando, planificando ese viaje, te das cuenta de que este año cumples 20 años de casados. Entonces piensas: y si… ya que nos vamos de vacaciones a Donostia, ¿por qué no les decimos a los amigos que entonces estuvieron con nosotros que se vengan? Podemos ponernos guapos y celebrarlo como se merece con una nueva boda en el Hotel María Cristina…

Eso es justo lo que se les ocurrió a Anne y Shawn, que vinieron desde Maryland con sus dos niñas pequeñas y un puñado de buenos amigos para disfrutar de San Sebastián. Como fotógrafos de boda consideramos que no hay encargo pequeño. Por eso, este trabajo era un caramelo que la wedding planner Laura Satué ponía a nuestra disposición y que íbamos a tener la oportunidad de degustar.

El escenario para un evento así no podía ser cualquiera. El marco que ofrecía el Hotel María Cristina se perfiló como el ideal para albergar la pequeña ceremonia y el cóctel y cena posterior. Los alrededores del propio hotel fueron un entorno perfecto para hacer una rápida de sesión de pareja. Anne y Shawn no necesitaron de ninguna de nuestras indicaciones para que las fotos mostraran los motivos por los que renovaron sus votos 20 años después.

Y es que eso, es decir, la actitud y el deseo de disfrutar de las cosas buenas de la vida es lo que hace que todo fluya y que nuestro trabajo sea un auténtico placer.

Anne y Shawn, gracias por confiar en nosotros para capturar momentos auténticos y genuinos. Brindo por otros 20 años más.

Cheers!