El mundo es de aquellos que no tienen miedo a nadar contracorriente y se atreven a ser felices por encima de todo.

La boda de Luis y Edu es uno de los retos más emocionantes a los que nos hemos enfrentado. Estos dos chicos, a los que ya habíamos realizado un reportaje de preboda unos meses antes, son nuestros amigos. Así que ser sus fotógrafos de boda suponía no sólo un atractivo desafío, sino una gran responsabilidad. Pero a nosotros nos va la marcha, por lo que recogimos el guante y nos pusimos manos a la obra.

Según lo que ellos mismos nos habían contado, la boda en Zarautz iba a estar plagada de detalles, guiños y sorpresas. Teniendo en cuenta que, casualmente, la celebración coincidía con el cumpleaños de Luis, todos nuestro sentidos debían estar muy alerta.

El día empezó muy tranquilo, en casa de ambos, lo cual nos ayudó a captar muchos momentos cotidianos e íntimos. Hubo un brindis con cava para arrancar motores, mensajes de felicitación llegando a los móviles, los familiares cercanos llamando a la puerta…

El restaurante Arguiñano Anaiak fue el escenario no sólo del banquete, sino también de la ceremonia. Durante la misma, Edu y Luis no pudieron evitar que la emoción se les agarrara varias veces a la garganta. No nos gusta nada robar minutos de más a los novios y valoramos por encima de todo que disfruten de su día con los suyos. Por eso, después de los anillos, los besos y los abrazos, decidimos hacer unas fotos de pareja en la propia sala del restaurante. Luego cóctel, unas pocas fotos de grupo y… ¡a comer!

Y después de comer… ¡a bailar! Como fotógrafos de boda, pensamos que es fundamental formar parte de lo que ocurre a nuestro alrededor. Por este motivo, la fiesta la vivimos desde dentro, y podemos asegurar que fue memorable.

Pero más allá de detalles, sorpresas y bailes, lo que más recordaremos de este día es el cariño que rodeó a Luis y a Edu. Aunque cada vez es más común y está más aceptada la existencia de parejas del mismo sexo, por desgracia aún hay que ser bastante audaz para dar el paso fuera del armario. Pero el mundo es de aquellos que no tienen miedo a nadar contracorriente y se atreven a ser felices por encima de todo. Porque el mundo es de los valientes.

Edu, Luis… ¡el mundo es vuestro!