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Eran los clientes ideales porque querían disfrutar de su día a su manera sin importarles si su plan se ajustaba o no a lo que se suele hacer habitualmente en las bodas
– ¿Queréis que hagamos fotos de pareja después de la ceremonia?
– La verdad es que lo de posar nos resulta un poco aburrido. Será suficiente si nos haces alguna en el camino de vuelta al hotel para echar la siesta antes de seguir de fiesta a la noche.
– ¿Dónde preferís que hagamos las fotos de grupo?
– Por eso no te preocupes, no hay muchos invitados, así que no necesitamos fotos de grupo. Seguro que consigues fotografiarlos a todos de una forma u otra en algún momento del día.
– ¿Y el baile?
– No, no habrá baile. En el cóctel tendremos un mariachi, pero después de la cena sólo sonará una canción y después nos iremos de bares a lo viejo.
Los clientes perfectos
Estas fueron algunas de las preguntas que les hice a Rosie y Daniel en nuestra entrevista varios días antes de su boda en la Iglesia de Santa María de Donostia. No puedo negar que al escuchar las respuestas de esta pareja inglesa pensé que se adaptaban perfectamente al perfil de mi tipo de clientes.
Ellos tenían clarísimo que lo que querían hacer era disfrutar de su día a su manera sin importarles si su plan se ajustaba o no a lo habitual en estos eventos. A nosotros, como fotógrafos de boda, nos gusta adaptarnos a las circunstancias y dejarnos sorprender por los acontecimientos. Por eso, aquí una oportunidad perfecta para disfrutar haciendo fotos.
Tras un baño en la bahía a primera hora de la mañana, Daniel se tomó entre bromas unas cervezas con sus colegas antes de empezar a prepararse. Mientras tanto, Rosie estaba en su habitación del Hotel de Londres con sus mejores amigas, su madre y sus cuatro pequeñas damas de honor. Siempre decimos que lo interesante de los preparativos no es tanto la parte técnica del maquillaje o la peluquería, sino la oportunidad que nos ofrece de retratar el ambiente y las personas alrededor de la novia. Este caso fue un claro ejemplo de ello, porque las risas y el buen rollo entre todos los que estábamos allí nos permitió vivir muchos momentos divertidos.
La ceremonia en la iglesia de Santa María fue breve y sencilla, pero los novios se lo pasaron muy bien, sobre todo Rosie, que no pudo evitar reírse a carcajadas en varias ocasiones. Después de que la novia lanzara el ramo, los recién casados y los invitados disfrutaron de un almuerzo informal en el Atari.
Más tarde, aunque no sea una tradición inglesa, todos se retiraron a descansar y echar una pequeña siesta antes de la cena en el restaurante NiNeu. Allí, durante un buen rato, un mariachi amenizó el cóctel.
Y la guinda del pastel no fue una guinda, sino una “romántica” calavera con rosas rojas en las cuencas y buenos augurios para los novios.
Y lo mismo haremos nosotros: Rosie, Daniel, que la risa que tanto abundó en vuestro día no os abandone nunca. Gracias por darnos la oportunidad de ser testigos de vuestra celebración. Y gracias también a la wedding planner Laura Satué por organizarlo todo a las mil maravillas.
Be very happy!
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